Sería deseable que las obras de rehabilitación de nuestra Alcazaba no sufrieran el mal endémico de la mayoría de las obras públicas de nuestro país, es decir, la incertidumbre en la continuidad de las siguientes fases. Es de todos conocidos, y más en estos tiempos de penurias económica, la facilidad de caer en el olvido proyectos que tenían asignaciones económicas y aprobación dedfinitiva por parte de todos los organismos implicados. Esperemos que la joya de nuestros monumentos no se vea afectada por la falta de crédito y la mala preogramación de las instituciones implicadas en su rehabilitación. Si fuera asi en poco tiempo podriamos disfrutar de su rehabilitación íntegra, de murallas y edificios de su interior, para deleite de todos los badajocenses y los turistas que nos visiten.
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