No es un montaje fotográfico de los muchos que hoy abundan, es la cruda realidad de dos edificios que prácticamente se estan tocando. Por un lado el remozado y vistoso Palacio de los Condes de La Roca sede del Museo Arqueológico y por el otro La Torre del Obispo en el más absoluto abandono. Cualquier ciudad que se preste le gustaría tener una torre de semejante embergadura y mostrarla a los visitantes con orgullo con el pendón de la ciudad ondeando en su parte más alta. Pero creo que he abusado de mi ayuno alimenticio, por eso del tipin, y he vuelto a tener alucinaciones.
jaja!!!!
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