Estamos en el baluarte de la Trinidad y dentro del parque del 18 de diciembre donde se encuentran las estatuas de los cuatro evangelistas y el monumento a los caídos. Mirando al fondo del conjunto monumental se ve una escalera rudimentaria y sin protección alguna que da acceso al adarve o paseo de ronda del baluarte y ahí es donde esta cogida la foto. La caida de la abertura es de más de cinco metros y está camuflada por la vegetación que lo inunda todo. No es de recibo que se pueda subir por una escalera peligrosísima y después encontrarse con una serie de trampas sin la más mínima dificultad para llegar a ellas. Por suerte no son muchos los curiosos que suben para comprobarlo pero cualquier niño puede llegar a estos peligros sin el más mínimo obstáculo.
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