Con un ayuntamiento que pasado el primer trimestre del año aún no tiene presupuesto y sigue sin tener a los dos máximos responsables de una ciudad para situaciones de emergencias, como son el jefe de bomberos y de la policía local, nuestro nuevo alcalde se enfrenta a varios retos. La coyuntura económica lastrará su trayectoria, pero casi seguro, su tesón y brillantez minimizarán sus consecuencias. Delante tiene muchos proyectos inacabados o faltos de financiación, por lo que su capacidad de persuasión y negociación serán fundamentales. Puesta en funcionamiento del aparcamiento de Conquistadores, Mercado de Santa Ana como biblioteca y Albergue juvenil del Revellín de San Roque deberían ser objetivos prioritarios ya que sólo necesitan el impulso final. Conseguir financiación para la segunda fase de rehabilitación de la Alcazaba y el Baluarte de la Trinidad serían unos grandes logros. La nueva ordenación urbana del Campillo y una mayor inversión en los barrios periféricos serían objetivos más que plausibles.
Difícil tarea la que le ha tocado en suerte, pero con el apoyo de todos los agentes sociales y con el trabajo seguro que se lograrán los objetivos. Suerte.
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