martes, 3 de septiembre de 2013

NO ES DE RECIBO

dehesilla

Conozco la Dehesilla de Calamón desde principios de los años 80 cuando mis padres compraron un terreno con toda la ilusión del mundo. Un auténtico erial de caminos irregulares y polvorientos, algún que otro cortijo de la antigua dehesa, muy pocas encinas y casi todo por hacer. Con más ilusión que conocimiento, los nuevos parceleros cultivaban y sembraban sus hortalizas y árboles con algún que otro desengaño por la escasez de resultados. Llegaron los postes de telefónica  con las primeras líneas a un precio desorbitado, mientras los setos y árboles ya daban su nota del ansiado verdor. Agitadas reuniones de la asociación de vecinos en la venta Rocío y bonitas fiestas de verano en las Tres Encinas. Nuestros hijos aprendieron a nadar y a montar en bici por estos parajes y hacer sus primeros pinitos en moto, a escondidas, en los vespinos de sus padres. Largas tardes de chicharra, cumpleaños inolvidables, barbacoas abundantes y noches estrelladas que no se olvidaran.

Los propietarios han pagado de su bolsillo, señalización, asfaltado, acometida de agua, lineas telefónicas y por supuestos gastos de legalización de sus propiedades. Con sus ventajas e inconvenientes sabían que se iban a vivir "al campo" , pero por eso su IBI no debe de ser "urbano".

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