sábado, 11 de octubre de 2014

UN PASEO SIN VISTAS


Cuando se construyó el paseo fluvial entre el puente de la Autonomía y el puente de la Universidad  se hicieron una serie de locales con el fin de explotarlos para fines hosteleros. Arrancaron con bastantes expectativas para su éxito pero con el tiempo se desvanecieron. Hoy están todos cerrados. El botellón y la arboleda desanimaron a los clientes y paulatinamente fueron sucumbiendo. No se puede tener una auténtica arboleda entre un paseo fluvial y el río que le da su sentido. La puestas de sol, las vistas y la placidez de las aguas son el auténtico atractivo de un paseo fluvial y en este lo único que tenemos es una masa forestal delante nuestra. Se entendería que se plantara un bosquecillo de pinos en el paseo marítimo del Sardinero entre éste y el mar. No verdad, pues es lo mismo.

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