Camuflado por la maleza es como se encuentra el baluarte de San Vicente, el que acoge en su interior el instituto de Castelar. Realmente el aspecto que ofrece es bastante lamentable y de no actuar con celeridad podría la vegetación podría dañar a los muros del baluarte. No es cuestión de grandes esfuerzos económicos, sino de evitar que éstos no sean cuantiosos en el futuro. Parece que la manía de tapar los monumentos con vegetación, hasta ocultarlos, sigue vigente entre nuestros ediles.
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