Esta semana pasada la Diputación Provincial recepcionó la obra del Hospital provincial para convertirlo en un mercado gourmet. Pero probablemente esto no ocurra y se le dará otra función a las nuevas instalaciones.
La empresa que iba a gestionar las instalaciones se ha echado para atrás en el proyecto y todo queda en el aire. El COVID-19 es el argumento para que desista del proyecto, cosa entendible.
Ya se torció la promesa del Parador y ahora de nuevo la pandemia ha hecho el resto.
Ahora se abrirá un procedimiento largo y tedioso para resolver el contrato firmado, mientras el edificio esperará nuevas ofertas para su puesta en funcionamiento.
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