Ese ha sido el tiempo que el colegio Virgen de Fátima y las instalaciones deportivas del Centro nos has impedido contemplar el lienzo de muralla entre el baluarte de Santa María y el de San Roque. Demasiado tiempo, pero nunca es tarde para redescubrir nuestro patrimonio. Gracias al proyecto del Pasillo Verde de la calle Stadium, se ha podido derribar uno de los muros más siniestros de nuestra historia más reciente. Ahora solo hace falta que el Covid, la guerra, los transportistas y la inflación no sean excusas para alargan la obra.
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