El por aquel entonces alcalde de Badajoz fue preguntado sobre si en la capital pacense “había muchos palomos cojos”. A todas luces, la pregunta del periodista de la COPE fue totalmente desafortunada, pero la respuesta del entonces alcalde de la ciudad, no se quedó detrás:
"Aquí normalmente, a los palomos cojos los echamos para otro lado, aquí somos gente sana, no hay muchos palomos cojos".
Se organizó la Caravana de los Palomos y Badajoz se repuso del insulto, acogió con mucho orgullo a todxs estxs palomitxs y quedó bien claro que la ciudadanía no compartía ni respetaba la LGBTIfobia.
Esto ocurrió en 2011 y hasta a hora.
Recientemente la Asociación Amigos de Badajoz publicó un comunicado de prensa sugiriendo a los organizadores del evento de los Palomos ubicarlo en otro lugar. Entre sus razones mencionaban que " se permite el paso de una grúa de gran tonelaje para montar el escenario que recorrerá buena parte de la Alcazaba con el consiguiente riesgo de destrucción o alteración de elementos y/o estructuras soterradas".
Recientemente el cronista de la ciudad, con más florituras literarias, publicaba Palomar en la Alcazaba sumándose a la propuesta.
La Alcazaba no es un lugar habitual donde se celebren muchos eventos, pero desde siempre se ha utilizado como tal. El último que se celebró el año pasado, al que asistí, fue el del violinista Ara Malikian. El escenario, despliegue de medios y vehículos de apoyo era impresionante.
Todos sabemos que estos eventos tienen sus inconvenientes, basuras, ruidos, algún destrozo en la jardinería etc. Pero el objetivo de que se celebren en este lugar es más que noble, dar a conocer nuestra Alcazaba y dinamizar el Casco Antiguo.
Y que no se nos olvide que los actos de vandalismo de nuestra Alcazaba siempre se han cometido por personas de nuestra cuidad y casi nunca se han denunciado, en los juzgados, y han quedado impunes.
El oportunismo de la petición da que pensar y en términos de colombicultura sería como ese dicho popular de "se te ha visto el plumero."
"Con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide". Con esta frase se encabezaban los carteles que anunciaban los festejos taurinos y viene al caso porque la autoridad, es decir la Policía Local , todavía no ha dado su última palabra.
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