Pasaron las lluvias y el sol de nuevo es el protagonista en nuestras vidas. Y la ocasión es idónea para los políticos hacer lo que mejor saben, prometer y no cumplir. Porque lo del Consorcio del Casco Antiguo es el ejemplo más claro de lo que se llama "un brindis al sol", es decir, nada.
Un poco de dinero para pagar a los escribientes de turno seleccionados por ellos y ya esta, ese es el proyecto hasta finales de año.
Esto ya arranca con un déficit insuperable. Nada de participación ciudadana, y por supuesto sin voz ni voto. Los movimientos asociativos no han tenido cabida y mucho menos los que nos dedicamos modestamente a reivindicar una solución para nuestro Casco Histórico.
Yo a los de las fotos los llevaría a las calles Encarnación y Jarilla por decir algunas, para que vieran la realidad social que hay en estas calles. Porque nadie habla de proyectos sociales y de reinserción, ni dotacionales para el barrio, solo ladrillos y cemento que es donde hay más ganancias.
No hace falta un guía de ruta para el proyecto, todos las sabemos, lo que es necesario una implicación en el problema social del barrio, porque la rehabilitación de las murallas pueden esperar.