A pesar de los consorcios, excedentes de tesorería y unas cuentas impolutas de la responsable de esta situación, el INMUBA, nuestro Campillo ha pasado de ser una cantera a un monte bajo lleno de verde gracias a las abundantes lluvias del último otoño/invierno.
Crisis económicas, problemas burocráticos, pandemia, guerras y por último la dureza de las piedras han sido las escusas de los incompetentes de turno para que el Campillo este como esta. La biblia de los incompetentes es vender promesas. No tienen vergüenza.
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