jueves, 8 de marzo de 2018

Patrimonio olvidado, Edificio Metálico


  Es el único exponente del patrimonio arquitectónico industrial del hierro en nuestra ciudad. Desde hace varios años su estructura de descompone por la corrosión y su cubierta hace aguas por varias partes. Todo parece indicar que va a ser reparado en breve, aunque estas noticias hay que cogerlas con pinzas proviniendo de la administración. Esperemos sea así y vuelva su esplendor antes que la herrumbre acabe con sus vigas.

  En 1890 le encargasen el proyecto al arquitecto Tomás Brioso Mapelli, realizándose la construcción entre 1897 y 1899 en la que desde época medieval y hasta ese momento había sido la verdadera plaza mayor de a ciudad, la Plaza Alta.

Este mercado es un gran edificio de 1.500 metros cuadrados. Se apoya en columnas y pilares metálicos, presentando arcos de medio punto y pináculos sobre una base de ladrillo. Se abren, además, dos grandes arcos de acceso a la nave central, que tiene 60 metros de longitud y 25 de anchura. Se da la curiosidad que estas piezas metálicas fueron fundidas por los mismos artesanos sevillanos que el 1912 fabricaron las barandillas del Puente Viejo, la Casa Pérez Hermanos.

En 1970 se desmontó el mercado de su lugar original y se decidió vender sus piezas como chatarra, salvándose “in extremis” de su desaparición para ser instalado en el Campus Universitario. Albergó durante varios años una biblioteca en sus sótanos y la planta superior como salón multiusos. Las goteras y humedades lo hicieron inservible para estas funciones y quedo en el más absoluto abandono.

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