La sociedad cultural y recreativa que hoy constituye el Círculo Pacense halla sus orígenes en aquel Centro Obrero que establecido en 1892, constituyó uno de los primeros núcleos del asociacionismo obrero de la ciudad de Badajoz.
Desde el momento mismo de su fundación manifestó éste un marcado carácter educativo y de ayuda mutua, en la medida en que su finalidad era la de instruir a la clase trabajadora y socorrerla en sus necesidades económicas. Sin embargo, su condición obrera no estuvo acompañada de una defensa partidista de sus intereses de clase, puesto que en sus principios fundacionales se declaraba independiente de cualquier ideología política como, por otra parte, declaraba también su aconfesionalidad religiosa.
En 1899, un año después de que el Consistorio pacense le retirara la subvención, el Centro Obrero que hasta entonces había tenido su sede en la calle Hernán Cortés, se trasladaba a la calle Doctor Lobato. A estas alturas, esta organización obrera tenía ya establecida una cooperativa de consumo -que habría de disolverse en 1905- y una caja de ahorros a la que recurrían sus miembros para escapar a la usura de las entidades bancarias.
El carácter instructivo que asimismo se hallaba en los principios fundacionales del Centro Obrero tenía como base la certeza de que la instrucción es el camino más idóneo para que el ser humano, y por ende la clase obrera, perfeccione su calidad moral. A tal fin, ya a comienzos del siglo XX y como uno de los pilares del la institución, funcionaba de octubre a junio una escuela nocturna para niños y adultos. Igualmente se organizaban conferencias sobre literatura y arte -más tarde también sobre cine-, que les eran encomendadas a personalidades de reconocido saber en la ciudad. Como complemento indispensable para esta labor instructiva se creó una biblioteca, cuyo fondo se formó sobre todo a partir de donaciones hechas por otras instituciones -la Real Sociedad Económica de Amigos del País, por ejemplo- o por donaciones de ciudadanos particulares, como el pintor Adelardo Covarsí o el novelista Antonio Reyes Huertas. En la biblioteca además podía consultarse toda la prensa diaria que se editaba en Badajoz, sin excluir tendencia alguna.
En él se fraguaron los movimientos sociales de final del siglo XIX y principios del XX y junto a la Económica de Amigos del País y el Casino de Badajoz representan las sociedades más antiguas de la ciudad. En 1910 el conde de la Torre del Fresno donó la actual sede en propiedad al Centro Obrero y empezó a nacer una sociedad que llegó a tener más de 2.000 socios.
A lo largo del siglo XX han pasado por esta institución generaciones de socios que han dejado la impronta de sus principios éticos y estéticos; unas veces acordes, otras en subversión, a los imperativos ideológicos de su tiempo. Todos se han ido yendo.
En 1956 el Centro Obrero pasó a ser Círculo Pacense y durante toda la posguerra se produjo la rehabilitación de la sede, que fue totalmente expoliada. Pero en los 60 los recursos empezaron a decaer por la competencia de cines y discotecas. La empresa de cines Sánchez Ramade se quedó con la sala, pero la sociedad perdió su masa social y se quedó con muy pocos socios.
En 2008 un grupo de entusiastas intenta reflotar la sociedad pero no logran que la ciudadanía ni las instituciones le respalden y los escasos 100 socios son incapaces de poder afrontar las necesidades den la sociedad. El edificio con graves problemas de humedades y de tipo estructural requiere reparaciones urgentes pero no tiene respuesta por parte de nadie.
Este mismo año un empresario intentó arrendar parte del edificio para montar un gimnasio pero la directiva rechazó la oferta. Lamentablemente una institución centenaria de nuestra ciudad referente social y cultural de la misma languidece sin vislumbrar una solución a su penosa situación.
Un gran artículo. Gracias
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