Este barrio surge espontáneamente con construcciones ilegales y sin ningún tipo de control al inicio del siglo XX. Entonces era un terreno militar conocido como ejido ansarero de San Roque. No obstante, ya en época musulmana, se hace referencia a un asentamiento conocido como el Puntal, donde había casas de labranza y huertas.
Es en 1911 cuando ya se habla de las primeras calles del futuro barrio, entre ellas Macon y Serrano, y en 1913 se celebran las primeras fiestas del barrio.
Las primeras edificaciones eran de calidad muy precaria en unas condiciones insalubres y sin ningún control urbanístico. En 1927 se proyecta la primera promoción de "casas baratas" en la carretera de Madrid. Contaba el proyecto con el apoyo de la ciudadanía y de Ricardo Carapeto pero no se llegó a realizar. Esto motivó que los solares asignados para el proyecto, cayeran en manos de particulares construyendo sin ningún criterio estético y de calidad.
A mediados de los años 30 es cuando el barrio comienza a ganar población y se mejora la higiene y va tomando forma de barrio dejando el apelativo de suburbio. En 1937 se inaugura su primera fuente pública.
En los años 40 el crecimiento continúa imparable y se extiende más allá de la carretera de la Corte hasta el fuerte de la Picuriña. No obstante el barrio seguía adoleciendo de infraestructuras básicas como alcantarillado y agua potable. Poco a poco en las arterias principales se va construyendo edificios de varias plantas y se construye un polígono de absorción vecinal, las 500. Ya en los años 50 se levanta la Iglesia parroquial, consultorio, plaza de abastos y colegios.
Es en los años 70 cuando por fin, se asfaltan las calles del barrio y se le dota de todas las infraestructuras como al resto de la ciudad.
La imagen puede evocar una iglesia del sur de Andalucía al estilo del Rocío o incluso a una iglesia colonial de un país sudamericano, pero no es así, es la Iglesia Parroquial de San Roque, de un estilo totalmente ecléctico. Hasta en eso, es diferente este barrio que podría ser totalmente independiente porque tiene todo lo necesario para vivir sin salir de él.
Los habitantes de San Roque, en su mayoría pertenecientes a la clase obrera, se caracterizan por su sencillez, humildad y su espíritu amable y hospitalario, entrañables, con una convivencia sana y muy cercana. Incluso tiene el orgullo de poseer un gentilicio propio para sus habitantes, los machas, que según dicen era como se conocían a las mujeres de los camioneros.
La barriada más antigua extramuros de Badajoz tiene un sabor especial mezcla de pequeño pueblo y barrio. En sus tranquilas calles aún se sientan las gentes en las calurosas noches de verano saludando a los viandantes como es habitual en el mundo rural. A pesar del crecimiento comercial e inmobiliario de su arteria principal, en las calles adyacentes a ésta permanece todavía un ambiente característico de vecindad y familiaridad entre sus habitantes que recuerdan tiempos pasados. Un barrio diferente.