Ejemplos hay muchos, pero hoy trato el de la calle Soto Mancera, si, la del arco. Las fotografías que ilustran la entrada pertenecen a un edificio de nueva planta a mitad de calle y salta a la vista que desentona con el resto de edificios de la vía. Yo, evidentemente, desconozco los criterios de los responsables de guardar la imagen global de una fachadas que por su tipología y lugar es necesario respetar.
Pero el ciudadano de a pie si sabe valorar por sentido común lo que encaja y no dentro del puzle del casco antiguo. Hay muchos ejemplos, pero quizás los que más sobresalen sean éste último y la ampliación del MUBA con dos tramos de fachada en Francisco Pizarro y Duque de San Germán que dañan a la vista.
Curiosamente, en ambos casos se da la circunstancia que detrás hay un promotor que es la Diputación provincial y en el otro misteriosamente una entidad financiera, a tenor del símbolo de la misma en la puerta de acceso al inmueble.
El principio de autoridad de cualquier tipo, se basa en ser justo y ecuánime en todas las decisiones si hacer excepciones, porque sino estas te descalifican.
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