La catedral que hoy conocemos data del S. XV pero esta no fue la única que hubo en la ciudad.
La primera estuvo en la Alcazaba en el siglo XIII en el lugar donde se encontraba la mezquita mayor, con el nombre de Santa María del Castillo. A finales del siglo XIV se decide construir una en el Campo de San Juan en el lugar donde se encuentra la actual, pero las guerras con Portugal provocan su destrucción y regresa a su anterior sede en la Alcazaba.
Es a principios del siglo XV cuando se inician las obras del templo que hoy conocemos. En el siglo XVI el obispo Marín de Rodezno le hace unas modificaciones y mejoras que finalizan en el siglo XVII.
A principios de este siglo los responsables de la Catedral impulsan la creación de un museo catedralicio para exponer parte de los tesoros que contenía el templo. Se hizo junto a la puerta de San Blas contando con poco espacio y medios propios de los tiempos. Además su acceso era muy complicado por las escaleras que había que subir para acceder al mismo. En 2016 se toma la decisión de ampliarlo y poner en valor piezas almacenadas y totalmente desconocidas para la ciudadanía por entonces.
A principios del 2020 se inaugura las nuevas instalaciones en San Blas nº1, con nuevas salas y con piezas relevantes como un Greco y un Morales y unos tapices del Siglo XVI.
Hoy la catedral es visitable con cita previa o para excursiones, así como el claustro. El museo tiene visitas con citas previa y grupos reducidos de martes a sábado.
Horarios: 10:30h; 11:00h; 12:00h; 12,30h; 18,15h; 19,00 y 19,45h.
Desgraciadamente sigue sin poderse visitar la torre del campanario, que sin ánimo de dañar susceptibilidades, tendría un gran atractivo para muchos que no les llama la atención los tesoros litúrgicos.
Y para los más perezosos os dejo una excelente web para conocer nuestra catedral en todo su esplendor.